INGREDIENTES.
-1 yema de huevo (sin clara)
-1/2 palta molida
- Mezcla de aceites que había en mi casa: Maravilla, Sésamo, Oliva y Argán. En cantidad adecuada dependiendo del largo del cabello.
=> Se mezcla todo muy bien, formando una pasta homogénea, a temperatura ambiente.
BENEFICIOS: Hidratación y nutrición capilar. Recuperación del brillo, suavidad y elasticidad del pelo.
Hace unos días quise experimentar con las muy mentadas mascarillas para el pelo. Nunca había hecho un experimento de este tipo, pero una amiga hizo algo parecido y me contó que el pelo le cambió demasiado, por lo que yo -de puro mona- quise probar la verdad de tal maravilla.
Mi pelo es de largo mediano, tinturado hace años, de raíz poco grasa y puntas más secas, no partidas, pero de hidratación regular.
Así, con todo mi historial de pelo lastimado, llegó el día en que me motivé. Vi un video de cómo se aplican las mascarillas y con toda la fe del mundo, ¡listo! ¡a jugar!
Primero, preparé mi pelo: Lo desenredé muy bien con un peine de dientes anchos.
Indagando en las redes, no logré encontrar acuerdo entre si se aplica con pelo húmedo o seco, por lo que decidí aplicarlo directamente en el pelo seco, ya que se encontraba relativamente limpio.
Llegado el momento, apliqué con una brocha la mezcla -que estaba bastante homogénea- y con mucha paciencia y detalle, distribuí la mascarilla.
Primero mechón por mechón, con la brocha, y luego lo masajeé con mi mano, para hacer que el producto penetrara hacia el interior del cabello (y así utilizar la cantidad adecuada para mi pelo).
El largo de mi cabello supera los hombros, por lo que tuve que agrandar la mezcla, incorporando más cantidad de aceites, así que ¡ojo! a fijarse bien para no quedarse cortos.
Al finalizar la aplicación, masajeé muy bien el cuero cabelludo (apliqué la mezcla desde la raíz a la punta, ya que supuse no le haría mal). Luego me hice un pequeño tomate, me envolví con film plástico (alusa), me puse un gorro térmico y me fui a hacer mi día sin salir de casa, obviamente.
Lo mantuve como por aprox. tres horas (con todos preguntando por qué se me veía parte del pelo verde, y yo: lalalala) y al retirar, primero lavé con agua tibia, para soltar el pelo sin tirones, y luego de un primer enjuague sólo con agua, saqué el residuo con shampoo -el de siempre- sólo en raíces. Hice dos lavados.
Posteriormente, apliqué acondicionador mezclado con una mascarilla de L'oréal para el crecimiento del cabello, esperé unos minutos más con el gorrito, y enjuagué, con un último chorrito de agua fría.
Al secarse el pelo -al natural, hacía mucho calor- mi pelo ¡era otro! realmente brillante, tenía un tono profundo de color, sin verse pajizo como antes. Pasaba mis dedos y estaba suavecito -aunque no sedoso como realmente quiero- pero al ser la primera aplicación, y primer alimento nutritivo en serio para mi pelo, quedé fascinada.
PUNTUACIÓN: 10/10
¿LO HARÍA OTRA VEZ?: ¡Por supuesto! Con nuevos ingredientes, y como siempre, investigando previamente.
CG.-
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